sábado, 30 de marzo de 2013

Sábado de clásicos



Espera

Espera, por ahora.
Desconfía de todo si es necesario.
Pero confía en las horas ¿Acaso no te
han llevado a todas partes, hasta hoy?
Los momentos personales volverán a ser interesantes.
El cabello se hará interesante.
El dolor se hará interesante.
Los capullos que abren a destiempo se harán interesantes.
Los guantes usados volverán a ser bellos;
son sus recuerdos lo que les hace
necesitar otras manos. Y la desolación
de los amantes es la misma: ese vacío enorme
formado de los pequeños seres que somos
pide ser llenado; la necesidad
del amor nuevo es fidelidad al amor viejo.

Espera.
No te marches tan temprano.
Estás cansado, pero todos estamos cansados.
Pero nadie lo suficiente.
Sólo espera un poco y escucha:
música del cabello,
música del dolor,
música de telares tejiendo nuestros amores nuevamente.
Está ahí para escucharla, será la única vez,
sobre todo para oír cómo
la flauta de tu existencia toda,
practicada por los sinsabores, toca hasta rendirse de cansancio.


                                                                                                        Galway Kinnell
                                                                                                        (Providence 1927)


 
Pág. 191
Providencia del ordinario mundo
La poesía selecta de Galway Kinnell
UACM 2002  
Edición bilingüe
Prólogo y traducción de Luis Mayer

miércoles, 27 de marzo de 2013

Salvo el crepúsculo #3





José Emilio Pacheco y los poetas vivos
(Por su poema “D. H. Lawrence y los poetas muertos”)


Mucho menos de los vivos
que se incrustan en la carne.
No son los profetas salvadores,
sólo ocupan el espacio antiguo y rezan.

 Y viene la poesía literal y viva
en conversaciones presentes.
También te miran escribir,
te ayudan.
                                                                         Arturo Loera
                                                                         Pág. 19

lunes, 25 de marzo de 2013

Lunes de locales y nacionales




Ya se sabe


1

Estamos solos
eso ya se sabe
cada hombre en la tierra
es la pieza extraviada de un ajedrez diferente


2

Estamos solos
los perros convocados a jauría
los adolescentes extáticos como derviches
las viejas en domingo camino de la iglesia
en los cráneos donde se guardan indistintamente
napoleones y mendigos

En el vientre de la madre
en los brazos de la madre
en el sepulcro de la madre


3

Solos en la ruina
llamará a la puerta una muchedumbre innecesaria
la culpa como una sonrisa sin rostro
el miedo y su sombrero verde
la nada vestida con traje de fiesta

Solo mientras escribo
mientras mi mujer duerme en otro cuarto
también sola

                                                                  Raúl Anibal Sánchez Vargas
                                                                  (Chihuahua, 1984)

sábado, 23 de marzo de 2013

Sábado de clásicos



Fuga de la muerte

Negra leche del alba la bebemos al atardecer
la bebemos a mediodía y en la mañana y en la noche
          bebemos y bebemos
cavamos una tumba en el aire no se yace estrechamente en él
Un hombre habita en la casa juega con las serpientes escribe
escribe al oscurecer en Alemania tus cabellos de oro Margarete
lo escribe y sale de la casa y brillan las estrellas silba a sus
         mastines
silba a sus judíos hace cavar una tumba en la tierra
ordena tocad para la danza

Negra leche del alba te bebemos de noche
te bebemos a mediodía y en la mañana te bebemos al atardecer
          bebemos y bebemos
Un hombre habita en la casa juega con las serpientes escribe
escribe al oscurecer en Alemania tus cabellos de oro Margarete
tus cabellos de ceniza Sulamita cavamos una tumba en el aire no
se yace estrechamente en él
Grita cavad unos la tierra más profunda y los otros cantad sonad
Empuña el hierro en la cintura lo blande sus ojos son azules
cavad unos más hondo con las palas y los otros tocad para la
           danza

Negra leche del alba te bebemos de noche
te bebemos a mediodía y en la mañana y al atardecer
          bebemos y bebemos
un hombre habita en la casa tus cabellos de oro Margarete
tus cabellos de ceniza Sulamita él juega con las serpientes
Grita sonda más dulcemente la muerte la muerte es un maestro
          venido de Alemania
grita sonad con más tristeza sombríos violines y subiréis como
          humo en el aire
y tendréis una tumba en las nubes no se yace estrechamente allí

Negra leche del alba te bebemos de noche
te bebemos a mediodía la muerte es un maestro venido de
         Alemania
te bebemos en la tarde y la mañana bebemos y bebemos
la muerte es un maestro venido de Alemania sus ojos son azules
te hiere con una bala de plomo con precisión te hiere
un hombre habita en la casa tus cabellos de oro Margarete
azuza contra nosotros sus mastines nos sepulta en el aire
juega con las serpientes y sueña la muerte es un maestro venido
           de Alemania
tus cabellos de oro Margarete
tus cabellos de ceniza Sulamita


                                                                                                    Paul Celan

                                                                                                    De “Amapola y memoria” 1952
                                                                                                    Versión de José Ángel Valente