sábado, 31 de agosto de 2013

Sábado de clásicos



La espina

no creo
no creo desde que abro los ojos
hasta cerrarlos

no creo desde una orilla
hasta la otra
de mi vida

no creo
con la misma profundidad
con que mi madre
creía

no creo
al comer pan
al beber agua
al amar un cuerpo

no creo
en sus templos
en sus curas en sus signos

no creo
al pasar por la calle de una ciudad
por el campo
bajo la lluvia en el aire
dentro del resplandor
de la anunciación

leo sus parábolas
rectas como la espiga del trigo
y evoco a un dios
que no sabía reír

pienso
en un dios
pequeño y sangrante
que yace
en los blancos lienzos de la infancia

pienso
en una espina que desgarra
nuestros ojos nuestras bocas
ahora
y en la hora de la muerte




                                     Tadeusz Różewicz
                                     (Radomsk 1921)

sábado, 24 de agosto de 2013

Sábado de clásicos



El sueño de los guantes negros


Soñé que la ciudad estaba dentro
del más bien muerto de los mares muertos.
Era una madrugada del invierno
y lloviznaban gotas de silencio.

No más señal viviente, que los ecos
de una llamada a misa, en el misterio
de una capilla oceánica, a lo lejos.

De súbito me sales al encuentro,
resucitada y con tus guantes negros.

Para volar a ti, le dio su vuelo
el Espíritu Santo a mi esqueleto.

Al sujetarme con tus guantes negros
me atrajiste al océano de tu seno,
y nuestras cuatro manos se reunieron
en medio de tu pecho y de mi pecho,
como si fueran los cuatro cimientos
de la fábrica de los universos.

¿Conservabas tu carne en cada hueso?
El enigma de amor se veló entero
en la prudencia de tus guantes negros.

¡Oh, prisionera del valle de México!
Mi carne...*  de tu ser perfecto
quedarán ya tus huesos en mis huesos;
y el traje, el traje aquel, con que tu cuerpo
fue sepultado en el Valle de México;
y el figurín aquel, de pardo género
que compraste en un viaje de recreo...

Pero en la madrugada de mi sueño,
nuestras manos, en un circuito eterno
la vida apocalíptica vivieron.

Un fuerte... como en un sueño
libre como cometa, y en su vuelo
la ceniza y... del cementerio
gusté cual rosa...

*Los puntos suspensivos indican palabras ilegibles en el original.


            
                                                          Ramón López Velarde
                                                          (Zacatecas 1888 – México 1921)

lunes, 19 de agosto de 2013

Lunes de locales y nacionales



Gacela de la boca que no besa


Nada quedó del trémulo rocío
que trajinaba los narcisos presos.
Ni en la línea que curva la campana
ni en color del granate severo.

Era tu boca que besaba
un rincón litoral de mar e incienso.
Con ademán de fanal nocturno
revolviste los peces inquietos.

¿Dónde los labios como rosarios,
dónde el beso de rehilete revuelto,
por qué tu boca rabiosamente
si la luna no tiene cerco?

Camino por las calles orientales
rogando al corazón de los adelfos
para que arraiguen estos labios míos
a los tuyos en un amor venéreo.



                                                              Lázaro Tello Pedró
                                                              (Oaxaca, 1986)

sábado, 17 de agosto de 2013

Sábado de clásicos



031197

Yo también vivo en la calle. Una colilla de cigarro en la oreja y un cenicero —en la mano. “No parece que tú vivas en la calle.” Un pedazo de diente en la boca. En aquel instante, edificios saqueaban sombras, insomnes, pariendo serpientes. Él podría súbitamente haber sacado el puñal, en la acera, dijeron. Hay márgenes orladas de luces. Edificios cúbicos moviéndose bajo arcadas de ceibas. ¿Esquinas difuntas? Y, bajo un arco, down town, lámparas hinchadas midiendo el horizonte. Corren voces en desorden, mudas, y un chillido tal vez de mapache. Por la tarde, cuervos ladrando en los árboles y cacto al lado del Johnnie´s, Coffe Shop, con su leve juego de luces. Las paredes no se encogían como el sueño. Agua &blanco. Alba inmóvil dentro del cuarto.



Regis Bonvicino
(Sao Paulo 1955)



Traducción de este poema: Víctor Sosa


Pág. 67
Poemas [1990 – 2004]
Varios traductores
Alforja/Conaculta - Fonca 2006

lunes, 12 de agosto de 2013

Lunes de locales y nacionales



Caballos comiendo caballos


Caballos comiendo caballos
Hostiles caballos provocándose el vómito
Metiéndose el dedo
Unos a los otros
La pezuña en la boca
Y el gesto de nostalgia
Que suele poner
El que tira su ventana para entrar a la vida
Caballos repulsivos con lentes de señora
Atraviesan la noche
Puedo oír su quejarse continuo
Tienen calor por andarse haciendo listos en los bares
Por confiar en su futuro en las carreras

Ningún caballo gana porque ningún caballo apuesta por sí mismo

Caballos montados por un tipo delgado de tristeza
Caballos devolviendo el estómago
Exigiendo su dinero de vuelta
El dinero que no apostaron en el catecismo
Porque este día salieron de casa
Sin que mamá se diera cuenta
Caballos pidiendo limosna para los pobres caballos

La decisión de los caballos más viejos
Caballos perdedores que siguen diciendo
Que se van a romper un tobillo por el amor de una mujer
Y todos los caballos que trotan por encima de ti
Puedes verlos a los ojos, saben que te están haciendo daño
Se llaman a sí mismos malos hijos, malos padres
Porque los caballos que comen caballos
Suelen tomarse en serio la publicidad de las mariposas
Pero nadie es libre.



                                                                         Jehú Coronado
                                                                         (Monterrey 1987)

Pág. 23
Rifle 
Bakcheia 2012


 

Ilustración: Elías Calvillo Villegas