jueves, 11 de febrero de 2016

Un poema de Fabián Casas



Thalassa

¡Cuánto admiro a mi amigo Meng!
Li-Po

1

Entonces llegamos acá.
Había sido un poder, se convirtió en un lugar.
Las chinches marchan por las paredes
como soldados.

Tardes de humo de la adolescencia
en las que el Yo comprendió
que se le acababa el negocio
y se asustó.

Nos recordarán como una época oscura.


2

Ellas paseaban tomadas del brazo,
Formaban cadenas que cubrían casi toda la vereda.

Mis bolsillos eran auténticos abismos…


3

El vientre de la rana
abriéndose como una bragueta
bajo las pinzas de la profesora de biología;
la voz en off del Enmascarado:
“Yo soy Rex, Meteoro,
tu hermano mayor”. 


Actores que rechazan papeles 
que después otros llevan hasta la gloria, 
amigos borrados con el Liquid Paper
del Proceso, Las Malvinas y el sida. 


4

Entró al templo con el látigo
y expulsó a los recitadores de poesía,
a los que hacía happenings
e invocaban su nombre en falso
en las antologías.

Nos recordarán como una época oscura.


5

Nosotros que sufrimos de insomnio
tenemos que despertarnos.
Búfalos negros que se acuestan en el zoológico,
esperen.




Fabián Casas (Buenos Aires, 1965)

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