031197
Yo
también vivo en la calle. Una colilla de cigarro en la oreja y un cenicero —en
la mano. “No parece que tú vivas en la calle.” Un pedazo de diente en la boca.
En aquel instante, edificios saqueaban sombras, insomnes, pariendo serpientes.
Él podría súbitamente haber sacado el puñal, en la acera, dijeron. Hay márgenes
orladas de luces. Edificios cúbicos moviéndose bajo arcadas de ceibas.
¿Esquinas difuntas? Y, bajo un arco, down town, lámparas hinchadas midiendo el
horizonte. Corren voces en desorden, mudas, y un chillido tal vez de mapache.
Por la tarde, cuervos ladrando en los árboles y cacto al lado del Johnnie´s,
Coffe Shop, con su leve juego de luces. Las paredes no se encogían como el
sueño. Agua &blanco. Alba inmóvil dentro del cuarto.
Regis Bonvicino
(Sao
Paulo 1955)
Traducción
de este poema: Víctor Sosa
Pág.
67
Poemas [1990 – 2004]
Varios
traductores
Alforja/Conaculta
- Fonca 2006
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