Gorra
nueva
(Poema pasajero)
Era insostenible.
Mi gorra vieja estaba
a dos soplidos de dios
para desvanecerse por
completo.
La visera rota me hacía
recordar
los viajes por Colima y por
Tijuana.
La parte rota de adelante
parecía una alcancía
que guardaba mis ideas.
La parte rota de atrás
es por donde saqueaba dichas
ideas.
Amigos varios intentaron
regalarme una gorra nueva
por amistad, por lástima
por ajena vergüenza,
y yo en verdad les
agradezco.
Pero paseando por algún
mercado
encontré una gorra similar
y blanca (la vieja era
negra
y nunca me he llevado bien
con lo pulcro),
así que decidí teñirla,
volver
al negro que nunca me
abandona.
Hoy comienzo a usar la gorra
nueva
pero es inevitable la
nostalgia,
no por mera cursilería
ni por los años que han pasado.
sólo es que la nueva gorra
me queda chica y es gracioso
como todo se vuelve contra
uno.
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