AL DUQUE DE OSUNA
Excelentísimo
señor:
El
diablo anda suelto. Hoy me han tornado a llamar el grande amigo y religioso que
escribe con él y me han tornado mandar escriba a V.E. que de ningún modo, si
V.E. es su amigo con las veras que ellos lo son y serán, deje de partir luego
reciba este despacho para Nápoles y avisar luego, y que si el turco baja, que
haga su noviciado el virrey nuevo, que ya acá han dicho, y su majestad y todos
lo saben, que si V.E. saliere en ocasión del parto de mi señora la condesa de
Castro, que el señor don Francisco vaya a Sicilia y deje a su excelencia en
Nápoles, que es lo que desean, y yo despacho este correo con más secretos y
recatos que si fuera cosa de Inquisición. Dios le guíe y guarde a V.E., como
deseo y he menester. Madrid, a 13 de abril de 1616. Excelentísimo señor, su
criado, don Francisco de Quevedo.
Yo me embarco a Cartagena por los vestidos
que llevo.
Pág. 148
Epistolario
Francisco de QuevedoPrólogo de Raimundo Lida
Consejo Nacional para la Cultura y las Artes
México, 1989.
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