Asesino
Presta atención, hermano
al silencio de la carretera
que se distribuye generoso
y llega hasta la ciudad.
Observa cómo la sangre cubre
los señalamientos del
camino.
Observa cómo chorrea
y llueve tranquila sobre el asfalto.
La ciudad es un gran vicio
que se paga con monedas
pobres.
A ti te sirven ahora las
monedas,
las mujeres, el alcohol que
por cliché
consumes. Hombre sin flores
en el pecho.
Y así como olvidas el motivo
olvidas el silencio. Ráfagas
de carne contra carne.
Justificaciones
innecesarias.
El llanto de la mujer que
nunca fue tuya.
El descalabro preciso
con la vasija que contenía
los condones
podridos.
Los quejidos del amante
que parecía un ratón
enamorado.
Es invierno y los muchachos
disfrutan la carretera,
lo recuerdas.
Cristina no debe tardar para
entrar en calor, lo recuerdas.
Y es sólo el recuerdo,
asesino, lo que queda.
La policía no debe tardar,
no te preocupes.
Tampoco tarda en llegar el verano.
Arturo Loera
No hay comentarios:
Publicar un comentario