viernes, 12 de mayo de 2023

Un poema de Natalia Toledo

La muerte pies ligeros

 

El aroma del viento dulce cesó en mi casa.

Quebrados los dedos del sol

solo queda un horno de barro lleno de lama,

su fuego ya no muerde la palma de mi mano.

La boca del olvido está oxidada.

En los ojos de los míos se borrará la sombra

con la que me amaron.

Sobre la espalada de un perro me sentaré para remar en el mar vivo,

daré monedas para el responso a los hombres

que cobran para entrar en donde es tierno el mundo.

Un cántaro llevaré a mi cadera,

llenaré de polvo de chintul mis cabellos

y sobre una piedra me sentaré a extrañar

todo lo que aquí no pude querer.

 



Natalia Toledo

Deche Bitoope / El dorso del cangrejo

Almadía. Segunda edición, 2022.

Pág 43.