lunes, 15 de julio de 2013

Lunes de locales y nacionales


XV. [Las damas rusas]

Triste lo triste: como un cuerpo muerto
en los arroyos de la primavera.
Y mis arlequines de espuma adentro,
en lo hondo negro, fingiendo que es verdad;
mis payasos caídos, títeres de un capricho supremo,
al final del final, su vapor lento, renqueando
por la costa aguda, a dónde iba, a una ruta de sombras,
la moneda en la mano, a quién se la doy,
cuando paso el río se desencadena,
mentira es lo que sientes, mi arlequines dudosos
traen mochilas de encargos, regalos, el fieltro
los separa del dolor, son arlequines de tela, al oído,
son payasos de estopa, no ríen de veras, mientes, rijosos,
se escapan por un hoyo, como esa herejía llamada alma,
dice ella, la más rusa, la menos dama, la menos pintada,
rima oro con toro, se clava el cuerno, se irrita con la mugre,
estruja su trozo de algodón, ¿te vas?, no te vayas, vete,
la sangre sólo huele a sangre, mis arlequines astutos
calculan su desprecio según el fulgor de cada desperdicio
en ese arroyo de mientras, esa agua de antes,
ese tiempo estirando la cola entre los rasgos
de qué río, en mi mente
hubo largos trances, ficciones que duraron semanas
pero ningún río fijo pudo instalarse
en el recoveco de su imagen,
quién querría ese desecho, ese brote de intimidad
cuando una máscara se cambia por otra, la primeriza,
río de la mueca, mis payasos detentan su propia idea
del mundo, distinta, más breve, rutilante,
¿amorosa?, cándida en todo caso, la broma
guardada en su bolsillo de remiendos
como el último recurso antes del silencio,
¿piensan?, yo a veces pago sólo por contemplar.  



                                                                          Tedi López Mills
                                                                          (Ciudad de México, 1959)


Pág. 39 
Parafrasear 
Bonobos
México 2008

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