sábado, 8 de junio de 2013

Sábado de clásicos



No al lector: al oyente


Lo peor en esto de leer en público es el espejo. Viene y se rompe. O viene uno y se encandila en él. Mejor atenerse, para huir de la autotrampa, a lo que me dije alguna vez:
     “Sólo se aprende aprende aprende
de los propios, propios errores”.
     “Me enseñaron a ganarlo todo y a no perderlo todo. Y, menos mal que yo me enseñé solo a perderlo todo”. ¿Solo? ¿No habrá también orgullo en eso?
     Quiero decirle de una vez: me duele este oficio. Aunque no haya nunca otro mayor, como está escrito en el relámpago; ni el que te hace sabio ni el que te hace poderoso, pero hay que merecerlo. No transar con el éxito ni con la adversidad. Porque, dicha o desdicha, todo es mudanza para ser. Para ser, y más ser; y en eso andamos los poetas. Tal vez por ello mismo no funcionemos bien en ningún negocio; ni del Este ni del Oeste. Y nuestro único negocio tenga que ser la libertad.
     Libertad que a veces uno confunde con el salvacionismo solidario o la adhesión total; a mí me ha pasado. No mucho, desde el momento que ya de niño mi única conducta o militancia fue siempre la poesía, pero me ha pasado. Claro que no hasta el punto de confundir poetizar con politizar porque eso sería servidumbre, y alejarse del Misterio. Y yo creo en el Misterio. Ahora, que si me harté hasta el hartazgo de cualquier modo de consignismo, sin haber cedido nunca a su tentación, no iba a adherirme al otro fariseísmo de callar. De callar sucio, porque si no lo dices se te seca la lengua, y adiós vidente mío. Nada nunca con la mutilación temática justo porque el poeta de veras es él y más que él: uno y todos los mortales; el vencedor lo mismo que el vencido; el amante, el amado, el loco, que –como dijo Chesterton- lo ha perdido todo menos la razón; el homo ludens, casi nunca el sapiens pero a la vez el homo religiosus; el zoon politikon, el adivino; el nadie, el nada, el zumbido del Principio.
     ¿Pero que no vinimos entonces a oír unos versos?




Gonzalo Rojas
(Lebu 1916 – Santiago 2011)




Pág. 9

Del relámpago (Poemas)

Colección Tierra Firme

FCE, Primera edición

1981

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